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Tú, tienes suerte.

Cristian Vera

Escritor amateur
julio 22, 2012

Tú, que destrozas mis sueños, tienes suerte, porque despiertas todas las mañanas y puedes sonreír al comenzar el día sin necesitar desesperadamente de tus manos sus caricias.

Tú, que arrojaste mi amor a un costado de tu vida, tienes suerte, porque no te acuerdas, como yo, que hoy, como siempre, no veré tu sonrisa, y no tendré ni una migaja de tu mirada, que es mi vida.

Tú, que alguna vez fuiste mi diosa, tienes suerte de no estar en mis pupilas, de no verme tan destruido, de no escuchar mi corazón decirme que olvidarte no he podido.

Tú, que alguna vez sentiste quemar mis besos en tus manos, tienes suerte, porque, aunque me duela, no puedo continuar esta agonía, y hasta una sombra apaga mi existencia, hasta el sol quema lo poco que es mi vida.

Tú, que te conformas con ser mi amiga, sin importarte lo que yo sienta, tienes suerte, porque, aunque me duela, al mirar en mi ser no ves solo un alma herida suplicando que regreses, que no la dejes, que la quieras todavía.

Tú, que no ves cuánto extraño todo lo que le quitaste a mi vida, tienes suerte, de no llorar cuando un amigo te recuerda aquellos días, cuando tu aire era el mío, cuando mi mundo era más que fantasías.

Tú, que alguna vez fuiste mi universo entero, esclavizado a tu cuerpo, tienes suerte de no vivir en este saco de huesos con que, patéticas ganas, caminan mis esperanzas marchitas.

Tú, que me prestaste la sensación divina de sentirme amado, tienes suerte, porque nunca sabrás lo que duele inventar una sonrisa, jugar a que soy feliz, jugar a esto que llaman vida.

Tú, que insististe en dejarme suspendido entre recuerdos, tienes suerte, sobre todo, de no sentir que cada día vas muriendo por dentro, pues no existe otra salida.

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