Desperté con el gusto a ti; se está haciendo costumbre.
Toda la semana he soñado contigo, y aunque son cosas diferentes, siempre convergen en un común: en todas ellas estamos juntos a escondidas, en todas ellas no quieres que nos vean juntos en público, en todas ellas quiero protegerte.
Creo que mi inconsciente quiere decirme que anhelo cuidarte, pero también quiere decirme que, aunque te gusta que lo haga, no quieres que sea yo, porque te avergüenzas de mí, de nosotros. Entonces, caigo en la cuenta de que no quieres un nosotros.
Es tan sencillo saberlo, leerlo, escribirlo; pero es tan difícil aceptarlo.
Debo dejarte ir. A ver cómo me lo hago entender.