
Pequeña dama mía, no tema.
La ve como el centro de su existencia, agradeciendo cada día su amor, ansioso por escuchar su voz y recibir sus besos.
marzo 26, 2017
La ve como el centro de su existencia, agradeciendo cada día su amor, ansioso por escuchar su voz y recibir sus besos.
Sus ojos y su andar lo hechizan, llevándolo a perderse en su belleza, en su dulce esencia, en un amor sin fin.
Caminaban juntos por el malecón; él trató de invitarla a su bicicleta, pero ella dudó. Al final, se despidieron sin palabras.
Tú, que destruiste mis sueños, tienes suerte, porque no ves cómo me desgarra el alma tu indiferencia y el olvido.
Ayer me despedí de ti. Por lo menos en mi mente, y con palabras escritas en un breve mensaje, me despedí de ti.
Te amo. Sí, aún con la fuerza de mil soles; no puedo dejar de amarte.